Necesito que alguien me explique el Big Bang de nuevo,
porque a medida que pasa el tiempo,
más me convenzo de que el mundo -mi mundo-,
empezó con sus besos.
Expliquenmé que la lluvia no es sólo una excusa
para pasar el día con él en la cama,
con sus pies bailando entre los míos bajo la sábana.
A esta altura, lo único que sé es que el tiempo pasa.
Mentira, no pasa.
Las horas vuelan mientras yo me pierdo en su mirada,
y las agujas del reloj se paran cuando entre nosotros dos hay distancia.
Yo estas cosas las sabía.
Sabía historia;
recordaba fechas y lugares y quién había ganado cada batalla.
Sin embargo, ahora me encuentro con que la única guerra de la que sé
es esa misma que yo peleo contra estos sentimientos que tengo por él.
Yo sé que estoy hecha de materia,
que soy un conjunto de células,
que mi cuerpo está compuesto por un montón de huesos y sistemas,
pero, aún así, sin sus ojos, sin sus palabras,
sin sus dedos en los huecos de los míos,
sin su cuerpo desnudo en mi cama,
bien podría no ser nada.