domingo, 14 de octubre de 2012

No me llores. No me sufras. No me busques en rincones, ni me esperes en la penumbra. No me hables. No me escribas. No me pienses pero, por favor, no me ignores.
No me cuentes. No me recuerdes en las cartas del destino, ni en un clip que encontraste en el piso, hace rato ya caído. No me mires. No me sigas. Pero, por Dios, no te olvides.

No hay comentarios:

Publicar un comentario