domingo, 14 de octubre de 2012

Se acerca el día. El viento me vuela las hojas del calendario. Pasan las horas (o vuelan, mejor dicho) y yo me reduzco a una cuenta.
Faltan veintidós horas y media. Hasta que no falten más.
¿Miedo? ¿Qué es eso?
Ah, cierto... Lo que yo tengo.

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