Esto empezó como el viaje de una chica de unos veintitantos intentando dejar de fumar. Ahora es como un diario íntimo. Esperen incoherencia, ira, frustración, cosas lindas y capaz que un par de cosas sexuales. Lean a su riesgo.
Se acerca el día. El viento me vuela las hojas del calendario. Pasan las horas (o vuelan, mejor dicho) y yo me reduzco a una cuenta.
Faltan veintidós horas y media. Hasta que no falten más.
¿Miedo? ¿Qué es eso?
Ah, cierto... Lo que yo tengo.
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