jueves, 3 de enero de 2013

Me gusta perderme en ojos que nunca me van a ver, si es que eso tiene sentido.
Y me gusta escuchar palabras que sé que nunca más me van a decir.
Me gusta encontrarme en frases que no son mías. Nunca lo fueron, jamás lo serán.
Pero por un segundo, si cierro los ojos, si olvido lo que sé, lo que conozco, lo que pienso, lo que soy...
Esos ojos me miran, me susurran las palabras que tanto quiero que me digas, me escriben en la piel todas esas palabras y por un segundo, si cierro los ojos, esa realidad es la mía.

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