viernes, 31 de agosto de 2012

Hay cosas...

Hacía tanto tiempo no me reía así: de verdad.
Hace meses, de hecho.
Vengo haciendo listas y nombrando cosas malas, pero la verdad es que hay tantas buenas.
Entre todo lo malo de los últimos meses rescato, agradezco y reconozco algo muy bueno.
Hace ya casi dos meses (Wow, dos meses) tomé una decisión por mí: buscarme de nuevo. Llevaba casi medio año apagada, ignorando lo que siempre amé de mí misma y decidí sacudirme y revivir esa parte de mí que tanto extrañaba.
Sí, lo reconozco: lastimé a alguien que me gustaría no haber lastimado, pero lo hice porque me estaba lastimando yo.
Y hoy me pasaron esta foto. Una foto que no es la más linda. Una foto que es mía, por lo cual estoy inclinada a ligeramente odiarla, pero una foto que me muestra a mí.
Sin las capas, sin mentiras. Ésta soy yo. La que no sólo sonríe, sino que también se ríe con todo, hasta que no da más.
Si yo no me catalogo como rota, no lo hagan ustedes.
Hoy, viendo esta foto, habiendo dicho las cosas que dije ayer y habiendo escuchado las cosas que me vienen diciendo personas muy importantes para mí, puedo decir una cosa en particular: soy fuerte. 
Rescato que con todas las cosas que pasaron y toda la mierda que viví, esta parte de mí sigue viva. Y por más que mi odio por mí misma tiende a ser colosal, a esa parte la adoro. 

Palabras

Si cuento hasta diez, ¿salen?
Y si cierro los ojos, ¿se esconden?
Jueguen y bailen, no huyan de mí.

Si abro la puerta, ¿se escapan?
Y si me tiro en la cama, ¿me atrapan?
Si cedo ante el sueño, por favor, no me dejen ir.

Si crezco y cambio, ¿me dejan?
Y si pierdo el juego, ¿me ayudan a poner de nuevo la mesa?
Cuando renuncie y escape, no se olviden de mí.

jueves, 30 de agosto de 2012

Listas.

Me acuerdo de él. Sí, de él: aquel que todos aparentemente olvidaron, mi hermanito. Me acuerdo de él y cómo nadie lo dió por muerto, excepto yo. Me acuerdo porque yo lo sentí morir, lo sufrí, pero eso capaz porque yo fui la única que lo sintió vivir. Todavía me acuerdo de él y me pregunto si alguien más lo hace.

Me acuerdo de vivir en un mundo de fantasía para evitar la realidad de mierda que vivía. Me acuerdo de encerrarme en mi habitación por horas, porque era más fácil que vivir afuera.

Me acuerdo de mi hermano rompiéndome en mil pedazos, dejándome, y de cuánto dolió.

Me acuerdo de la primera noche en la que él volvió borracho a casa, de cómo olía el whisky en su aliento, de sus insultos, de sus culpas, de cómo me hizo sentirme escoria. Me acuerdo cuántos años tenía y que no estaba sola, pero nadie me defendía. Y me acuerdo cómo esa no fue la última noche, sino que tan sólo la primera.

Me acuerdo de hacerme la dormida y de sentir su mano rozando mi brazo que salía por encima de la frazada y del miedo.

Me acuerdo del dolor causado por palabras dichas en el colegio: palabras que se sintieron como balas disparadas, apuntadas directamente a donde más duele.

Me acuerdo de perder a mis mejores amigas a tan temprana edad, y de cómo eso se repitió cuando más las necesitaba. Me acuerdo de los rumores que hicieron que eso pasara. Me acuerdo de las peleas y de los gritos, y del llanto y los cortes después. Me acuerdo de cómo mis gritos callados fueron ignorados.

Me acuerdo de esa mañana en la clase de inglés. Recuerdo cómo colapsé. Me acuerdo de mis planes de ir a esas reuniones, usando clases de guitarra como excusa, para poder sacarme el peso de una enfermedad que yo ni siquiera tenía de encima.

Me acuerdo de usar los buzos hasta en verano para cubrir los cortes, y de aquella noche en la que intenté tomar las pastillas. Me acuerdo de los dos viajes al hospital. Me acuerdo de la noche en la que rogaba desmayarme. Me acuerdo de cortarme frente a mi madre sin que ella lo notara. Me acuerdo de los gritos de mi padre amenazando con matarme. Me acuerdo de mis intentos de hacerme vomitar. Me acuerdo de los siete kilos perdidos en una semana y media. Me acuerdo de mis enfermedades. Me acuerdo de todo.

Me acuerdo de haberme perdido a mí misma, y de haberlo hecho en alguien que yo amaba. Me acuerdo de haber perdido a mi mejor amiga por celos pelotudos y sin sentido. Me acuerdo de las malas miradas. Me acuerdo de las noches llorando en Bariloche. Me acuerdo de aquella noche en Bariloche. Me acuerdo de lo que me contaron que pasó cuando yo no sabía que pasaba en Bariloche.

Me acuerdo de ella y de esa Navidad. Me acuerdo de enterarme leyendo las noticias en Internet y sentir cómo se me venía el mundo abajo. Me acuerdo de ese sentimiento de asfixia, como si las cuatro paredes de mi cuarto se me vinieran encima.

Me acuerdo de aquella noche en mi primer departamento con mi amigo y de salir a caminar y perderme en la vida porque volver dolía. Me acuerdo de los siete shots consecutivos demandados por mi ira.

Me acuerdo de volver a lo de mis padres y sentir cómo había perdido todo. Recuerdo estar tirada contra el marco de mi puerta con mi perro entre los brazos, llorando, rogando que nadie me escuchara mientras dormían, diciéndole que ya íbamos a tener nuestro hogar.

Me acuerdo de todos los secretos descubiertos en el peor momento. Me acuerdo de mirar para abajo estando parada en la cornisa, realmente contemplando poner el punto final. Me acuerdo de sus últimas palabras, de las mías. Me acuerdo de los gestos, de su mirada. Me acuerdo de las cuatro horas que tuvieron que pasar hablándome para convencerme de que volviera a bajar. Me acuerdo de cómo quede rota después de él. Me acuerdo de enterarme de los abortos, del intento de suicidio, de la muerte, de la corrupción dentro de mi familia.

Me acuerdo de la primera vez que cortamos. Y de la segunda. Y de la tercera. Y de la cuarta. Y de todas las otras últimas veces que hablamos. Me acuerdo de las últimas cosas que me dijo y cómo me perforaron. Recuerdo lo último que yo le dije. Me acuerdo de todo.

Me acuerdo de no recordar nombres, ni siquiera rostros. Me acuerdo de besos sin sentimiento, sexo vacío, noches sin sentido.

Me acuerdo de él, y de cómo lo lastimé.

Me acuerdo de estar encerrada en el baño de mis padres, pasando un cutter por mi espalda tras un ataque de pánico.

Me acuerdo de todas esas cosas y lo único que puedo decir es que, si bien me las acuerdo todas, de principio a fin, me puedo decir a mí misma que no voy a dejar que me empujen nunca más.

Mental breakdown

De repente mi cabeza se inundó de recuerdos de cuando tenía quince años y estaba sola e indefensa y funcionando como esponja que absorbía problemas ajenos hasta asimilarlos como propios. El recuerdo de tomar problemas de mi mejor amiga con problemas con la pareja, de aceptar la culpa de problemas no míos causados por un padre alcohólico y abusivo, sumados a los propios de autoestima...
A veces necesito desconectarme de la realidad y callar esa voz de mi nena adolescente que todavía me grita a cuatro vientos que la ayude a ella en vez de ayudar a los demás.
¿Por qué la realidad es tan real? Ojalá hubiese una segunda dimensión donde estoy sólo yo, cara a cara con mis propios demonios.
Perdón, yo de quince años. No te quise ignorar.

Lo peor de todo es sentir que estaba sola porque yo misma me ignoré.

Tengo ganas de gritar.

Me acuerdo de tener dieciséis y que me agarraran de la mano y arrastraran a una plaza para hacer eso mismo: gritar. Gritar hasta que mi garganta doliera y gritar hasta que mis pulmones no tuviesen más aire como para soportar gritos y tener que conformarme con susurrar.

Hoy no sé si quiero gritar o ahogar los gritos, porque no son míos. Son de esa nena dolida que nunca tuvo la chance de gritar lo que sentía.

Duele pensar que esa nena era yo y que sigue en mí. Pero a la vez está bueno porque me recuerda lo fuerte que tengo que pelear para que no vuelva a pasar nunca más. Esos constantes chillidos ahogados en una almohada a las doce de la noche (ese momento antes de que él llegara y después de que los demás se fueran) son un recordatorio constante de que si yo no me ahogo, nadie me ahoga.

Basta. Me harté. Necesito aire. Estoy bien.

Eso. Sí. Estoy bien. Estuve mal, pero estoy bien.
No estoy sola porque me tengo a mí y los tengo a ellos tanto como ellos me tienen a mí.

La realidad es esa dimensión en donde tengo muros contra las criaturas 8/8 de mi vida. Ya está.

Me calmé.

Ramblings

Soñar es gracioso. Soñar es raro. 
Soñar a veces es doloroso. 

Recién estaba mirando a mi gata tirada sobre mis piernas y no pude evitar que me llovieran mil pensamientos. Me acordé de mi sueño de cuando era chica: tener un departamento, una familia y animales. Y así, mirándola a los ojos raros de gata, me di cuenta que tuve suerte. Con todo lo malo y todo lo bueno, cumplí mi sueño. Tuve y tengo mi sueño. Pude sentirme familia. Conseguí un "hogar". Conseguí algo que muchos nunca consiguen. ¿Qué importa cómo terminó? Yo todavía los tengo a estos dos monstruos. Es como un divorcio, pero sigue siendo familia.

Como un clip de papel.

La cuestión es cuando te enamorás del caos: cuando te dejás ahogar en un mar de problemas y, con el pasar de los meses, aprendés a respirar bajo ellos. El problema es amar los problemas y el sentimiento de asfixia que estos conllevan porque la calma es simplemente una sensación tan lejana y tan difícil de prever como la venida de un tren con poca frecuencia. El disgusto viene cuando el drama deja de ser un imprevisto parte de las circunstancias y se convierte en una tarea porque es más fácil vivir con el caos si es controlado y, ¿quién mejor para controlarlo que uno mismo?
El tema es que a veces uno empieza así, siendo el maestro titiritero tras los hilos del conflicto, pero eventualmente se termina enredando en ellos y en uno mismo.
Es muy fácil perderse yendo por el camino de la auto-destrucción (yo debería saberlo). El tema es que, a veces, cuando se encuentra la salida, cada tanto vemos para atrás y hay una luz que nos llama la atención y queremos volver a la comodidad de lo incómodo conocido.

Como hoy.

Pero no. Yo propongo sacudir al caos con sorpresas y enseñarle que cuando el caos se convierte en la norma, vale establecer como nuevo régimen el desconcierto de lo bueno. Lo malo, lo feo, lo indeseable y lo doloroso ya lo conozco. Ahora voy por lo nuevo.

martes, 28 de agosto de 2012

Les temps sont durs pour les rêveurs.

Uno no se olvida de un corazón roto, especialmente no del primero. Es un dolor que se queda con vos y viaja en tu equipaje. Viaja en el tiempo, en el espacio; rompe barreras que ni siquiera sabíamos existieran. Donde sea que vayas, podés abrir tu valija y ver los pedazos, recordándote por qué emprendiste viaje, aunque no sepas tu destino. Eventualmente encontrás algo o alguien que te ayuda a pegar las partes, pero siempre notás dónde fue resquebrajado. Cada tanto sentís una astilla, recordándote de las partes quebradizas, o incluso sentís el relieve del pegamento seco. Pasás la yema de tus dedos por las rasgaduras y recordás momentos que desearías que se hubiesen ido cuando el corazón se dió por muerto. Recordás cómo se sintió, el dolor insoportable (como si lo hubiesen tirado en una pasarela y mil modelos con taco aguja hubiesen caminado por encima de él), y la larga recuperación. Para cuando te das cuenta, tenés más cicatrices de las que gustarían. Algunas más profundas, otras escondidas, pero, sin lugar a dudas, están ahí. Cada tanto las ves y otros también pueden si es que miran. Algunas se escuchan, como las mías.
<rant> Si hay algo que odio es lastimar a la gente. Si hay algo que odio por sobre eso, es seguir lastimando a esa misma gente con las mismas cosas, una y otra vez, porque no entienden. 
Hace un par de días cuando hablaba de Amelie, mencioné que lo usé como herramienta para explicar mi ruptura con mi ex. Hoy se repitió básicamente la misma charla y estoy harta. 
Vuelvo a explicarles algo de mí, así me conocen también la parte buena: a mí me gusta quedar en buenos términos con la gente. Todavía hablo con mis exs (excepto Guillermo, porque a ese lo odiamos ¿se acuerdan?) porque todos significaron algo en su momento y no quiero reducirlos a simples recuerdos. El tema es que con éste en particular, cada vez que hablamos me recuerdo a mí misma que de haber sido en otro punto de mi vida, su participación en mi vida no habría sido la gran cosa. Me siento re basura por decirlo, pero es verdad. De haber llegado a mi vida dos meses más tarde, no habría pasado nada. Es eso lo que me veo forzada a repetir una y otra vez en estas conversaciones y ya me harté. No sólo lo lastimo al pedo, sino que me canso a mí misma de mis palabras porque siguen siendo las mismas. En fin. </rant>

May 7th, 2012

Quiero explicar que los posteos anteriores son cosas que escribí hace tiempo ya, que ya no siento. Las quería poner acá porque me gusta cómo quedaron escritas y bueno... Esta entrada sí corresponde con mi actual tren de pensamiento. 

Abrirse, amorosamente hablando, a alguien es la peor idea que uno puede tener en su vida. Benditos aquellos que se sacan la lotería y encuentran a alguien que se quede con ellos de por vida, pero maldigo el interín en el que hay que vivirla. Porque la verdad es simple: la aprendemos con cada mirada, con cada suspiro, con cada palabra. La verdad de las relaciones a nadie se le escapa: los cicatrices -si se tiene suerte de sanar- que uno adquiere con cada caída, sea o no fatal, duelen más que cualquier herida. Y ni hablar de aquellos raspones del día a día. Querer, o amar, no trae sólo dicha. Trae ese sentimiento amargo en la boca que conlleva el tener el corazón en la garganta, la falta de aire cuando no se tiene la respuesta que se desea, la incertidumbre, las noches en vela en las que la imaginación nos vuela a un territorio donde no queremos estar, las mañanas con sueño, las pesadillas despiertos, Trae celos, rencores, peleas, gritos, mensajes nunca respondidos, noches de irse a dormir con la ira quemando la cabeza, días enteros de un sentimiento de resaca sin haber tomado gota por el malestar de lo no dicho, o el pesar de lo que se dijo. Trae miradas acusadoras, cuestionamientos inoportunos, desacuerdos que nunca se olvidan. Trae noches en los que hablar no es una posibilidad, por miedo a lo que se puede decir. Trae expectativas que nunca se alcanzan, y la desdicha que es su acompañante menos deseable, siempre expectante para caer en la fiesta sin invitación. Trae noches solos en la cama, pensando en realidades alternas donde se dijo otra cosa, o se hizo tal otra. Trae segundos que duran años cuando se profesan cosas no recíprocas. Trae horas que duran siglos en los que se extraña a tal punto que duele en la punta del pelo por no tener a esa persona a una distancia en la que se pueda sentir su aroma. Trae cuestiones y sensaciones que uno lo abruman. Y trae diálogos que nunca se llevan a cabo, que son los peores, pero los más necesarios, por razones débiles y refutables, pero que uno no puede sacudirse de encima.

Pero mierda que lo vale a veces.

lunes, 27 de agosto de 2012

August 2009


Pon tu punto final junto al mío.

Sin tí, no existe el caos ni el alivio.

Sin tí, no hay calor y no hay frío;

no hay descanso, no hay olvido.

No hay nada más allá de tu cariño.

Desde que te fuiste,

sin tí, sólo está mi cuerpo en un valdío:

donde antes descansaba tu alma,

ahora hay sólo un vacío.

Borrá las comas, las tildes, los acentos.

Ya nada importa, no hay nada que decir porque ya no siento.

Escribí nuevos versos conmigo.

dale a mi historia un nuevo sentido.

July 24th, 2012

Las acciones duelen, pero los pensamientos matan. Las ideas empiezan de a poco, en una región que nosotros creíamos aislada. Antes de que podamos parar a pensar en lo que pasa, vemos que esas ideas rápidamente contagian. Pudren recuerdos lindos, ideas sanas. Las afectan hasta que ya no queda nada. No hay rincón a salvo de esa pandemia, que no se detiene por nada. Arrasa con nuestros ejércitos que, en contra de todo pronóstico, no paran de pelearla. No importan las batallas ganadas: la guerra contra esa plaga no se gana. No existen blindajes ni armas con suficiente poder de ataque. No existe manera de evitar lo inevitable. Tu mente se pudre, y lo único que queda por hacer es reclinarse y ver cómo el espectáculo de nuestras vidas termina en desastre.

July 26th, 2012


Siento tu amargo beso en mis labios; dulce tentativa que me quiebra en las rodillas y me hace caer. Sos un mal que perforó mi piel y se hizo un hogar en mi sangre. Estás dentro mío y no tengo cómo sacarte. Maldigo el día en que la vida me hizo así. Te respiro en mi aire y en mi corazón te siento rugir. Sos un mal necesario, pero un mal al fin. El problema nunca fue soñar; el problema fue que lo pude saborear. Pisé mi utopía y no pude evitar mirar para atrás.

Detesto estar aquí: condenada a la búsqueda perpetua de la magia, sabiendo que la tuve y la dejé ir. ¿Es mucho pedir que lo remuevan de mí? Escarben en mi ser y quítenme eso que me impide seguir. Sáquenme ese bicho que habita mi cuerpo y pide continuamente más. Extirpen mis ilusiones que jamás ven lo que hay. Demasiado concentrada en lo que no está, no es manera de vivir. Renueven mi castigo por uno menos cruel. Amo soñar pero quiero tener un piso bajo mis pies.

Peguen mis párpados con una cinta de papel. Dibujen fantasías más posibles que aquellas que soñé. Necesito un cable a tierra, no grilletes que no me dejan mover.

Mi reino por un mundo en el cual mis deseos no me reinen a mí.

April 19th, 2012

A veces es un pedazo de tela o una foto de un muñeco lo que me descarrila. A veces es una canción que tiene un nuevo gusto que amenaza con borrarle el sabor a lo de ayer. A veces son palabras que no llegan ni a manifestarse en forme de murmullo que acallan las voces de mil diálogos que ya no existen. A veces es un sueño que me hace dar vueltas, y temblar, y querer algo que no sé si quiero, y desear un estado que sé no puedo alcanzar. A veces es el amague de respuestas a preguntas en mi mente que nunca pregunté.

April 30th, 2012

Hoy no tengo ganas de usar palabras grandes o hacerme la fuerte. Hoy tengo ganas de darle a las teclas hasta que algo que valga la pena salga. No, miento. Tengo ganas de golpear letra tras letra hasta que por fin el hartazgo le gane a mi miedo y las cosas salgan. Esas cosas que me vengo callando por miedo a las repercusiones, a las preguntas, a los cuestionamientos o a la respuesta misma. Hoy tengo ganas de ganarme a mí misma, pero no creo que eso sea posible, no hoy. Capaz mañana, pero lo dudo. Últimamente funciono así: las voces, las preguntas, los interrogatorios empiezan cuando estoy sola, porque cuando estoy sola tengo la chance de pensar en mí misma, como persona, en vez de pensar en mí como parte de algo más. Pero supongo que es mentira, porque lo que pienso de mi misma está arraigado a lo demás. Es demasiado complicado esto. Extraño poder vomitar palabras y sentimientos y pensamientos y sensasiones sin sentir la necesidad de andar atajándome. Siento que vengo construyendo una estructura muy linda, de esas que la gente admira y que hace que los demás suspiren cuando la miran, pero ahora que me acerco, siento que está hecha con cartas de póker, y que el aire que salga de mi boca al decir las cosas puede amenazar su estabilidad. Siento que ni bien abra la boca, los inquilinos van a salir corriendo despavoridos, sintiéndose amenazados por las estúpidas e inocentes palabras que estoy evitando pronunciar. ¿Qué dijimos de las palabras grandes? Básicamente, siento que lo que pienso me va a jugar en contra. Siento que estoy a dos minutos de ganar el partido, pero pasé a penales, y entre la euforia, la adrenalina y la felicidad, me equivoqué de arco y estoy pateando contra mi propio arquero y voy a perder al final. Siento que puedo ver a todos mis jugadores en cámara lenta gritándome que frene, que me detenga, pero los gritos de las voces que no quiero escuchar son más fuertes y los cánticos apoyan a mi eterno rival. En serio, ¿qué dijimos de las palabras grandes? Básicamente, siento que lo que sea que diga puede y va a ser usado en mi contra, porque es así como funciona.

May 27th 2012

Estoy importando las cosas que más me gustan del blog viejo. Súfranme.


Cuando uno se enamora, el único idioma que habla es pelotudo. Todas las palabras, hasta las dichas con pequeñas acciones, pasan a cobrar otro significado o se convierten en torpes mozos que intentan llevar un mensaje a su destinatario pero se tropiezan al salir cuando las tenemos en la punta de la lengua. Se estiran sílabas, se olvidan acentos, y nada de hablar de lo irrespetuoso que uno puede ser con los signos de puntuación, interrogación y exclamación. Cuando el amor se tira a la mezcla, no hay manera de prever el resultado. Es como cocinar en una nueva cocina, no sabiendo a qué temperatura cocina el horno o dónde están los utensilios o desconociendo con qué está abastecida la alacena. Cada vez que se abre la boca puede ser un banquete digno de los escolares más famosos o un completo desastre al cual ni siquiera las ratas se dignaría a acercarse.

Es extraño, el amor. Y es extraño el efecto que cada experiencia -única, inolvidable, incomparable- tiene en cada uno. Cada vez que uno se deja caer, es como anotarse en un experimento para la cura de uno de los peores males de todos: la infelicidad. Uno no sabe si va a aparecer un repentino salpullido que nos haga no querer salir de nuestros cuartos ante la primer pelea, o si la adrenalina va a ser super-potenciada  junto con un montón de otras hormonas que ni podemos pronunciar.

De repente somos un ente ajeno a la razón y nos reducimos a una bolsa con un surtido de sensaciones extrañas, indescriptibles y demás.

Con un corazón de cristal en la valija.

Ayer lo borré. Ese mensaje de hace ocho meses y medio se fue. Parte de mí se fue con él. La otra parte había muerto cuando cerré la puerta con un beso y un "no vuelvas nunca más."

Lo peor de todo no es cuando uno le tira agua al fuego, sino cuando alguien más le tira arena, dejando tan sólo cenizas. Mata el humo, mata el calor… Mata hasta la más pequeña llama que quedaba, y no tenemos control.
Ayer yo me llené de arena.
Ahora toca sacudirse e intentar que lo que queda no nuble la vista.

sábado, 25 de agosto de 2012

Hoy me desperté con muuuchas ganas de fumar. Mi último cigarrillo fue el miércoles a la mañana... Ya pasó la peor parte, ¿no?

A dream within what's real

¿Para qué mentir? Es así; sin mentiras, sin secretos. El amor no tiene códigos, ni reglas, ni términos ni condiciones. Lamentablemente, viene sin indicaciones. No hay manuales, no hay guías, no hay absolutamente nada que te diga qué hacer más que fuertes sensaciones. Pero, ¿qué te puedo decir? Vos metele gas. Vos mandate, soltate, dejate llevar. Rendite a las improvisaciones, a los encuentros furtivos, a los besos escondidos y a todo lo demás. Porque, seamos honestos, ¿cuándo más vas a sentirte así? ¿Cuándo más vas a ganar el super poder de doblar el tiempo y el espacio: deteniendo las agujas del reloj y eliminando a las personas a tu al rededor? ¿Para qué mentir? Seamos francos: ante la rutina de la vida, esos sentimientos son nuestro descanso. Son una taza de café a las seis de la mañana luego de tres días sin dormir; son una canción movida en el reproductor de música cuando el subte se para entremedio de dos estaciones y vos sólo querés morir. Son aire, son caricias, son abrazos. Así que vos, en serio, metele gas. ¿Querés saber por qué te lo digo? Porque yo viajo a ciento treinta en una ruta de máxima cuarenta y no siento los baches al andar. Será complejo transitar, pero mierda que vale cuando llegás a algún lugar. Vos viajá. Refugiate en los ojos de un extraño, perdete en los recovecos de su cuerpo, conocé sus gritos en silencio. Dedicá tu tiempo a trazar un mapa con tus labios; inventá nuevas maneras de decir lo mismo con tus manos. Vos tirate, sin dudarlo, que capaz de ese piso nueve caes a la pileta, encontrás la verdad en el fondo, repuntás y salís flotando.

ayer fui a un slam de poesía y aparentemente condicionó a mi cabeza .
no me acuerdo muy bien qué soñé, pero soñé las primeras dos líneas de esto.

viernes, 24 de agosto de 2012

Momentos.

¿Cuándo fue la última vez que escuchaste un disco que te llenó con sus letras?
¿Cuándo fue la última vez que besaste a alguien y detuviste el tiempo entre sus piernas?
¿Cuándo fue la última vez que te dejaste ser y simplemente fuiste vos y el tiempo?
¿Cuándo fue la última vez que te apagaste y dejaste de pensar? La mente en blanco nunca está de más.
¿Cuándo fue la última vez que te dejaste relajar?
¿Cuándo fue la última vez que te sentiste sentir algo especial?

Mi sueño tuvo su parte super bajón que no me gustó mucho que digamos, pero me hizo pensar en cosas que no pasan desde... ¿el 2009?
Sólo quiero decir algo, para que ustedes me entiendan un poco mejor y sepan las reglas de este blog.
Toda persona que aquí entra, tiene y va a odiar a Guillermo.

jueves, 23 de agosto de 2012

Mejor cinéfila que drogadicta.

Les voy a contar un par de secretos, pero ustedes tienen que hacer de cuenta que yo no dije nada para no manchar mi reputación. Gracias. 

Primero voy a empezar el posteo con una cita de Amelie (la pongo en inglés así entienden más personas, con suerte), así voy poniéndolos en el humor correcto.

Man in photo: She is in love. 
Nino Quincampoix: I don't even know her! 
Man in photo: Oh, you know her. 
Nino Quincampoix: Since when? 
Man in photo: Since always. 
Man in photo: In your dreams.

Hay sólo una persona acá que me sigue desde que importa, así que voy a intentar explicar esto lentamente.
Cuestión que vengo hablando de sexo y cigarrillos y problemas personales,
pero hace dos días la gente viene diciéndome que esto es una máscara, 
que yo en realidad soy otro tipo de persona, pero hago de cuenta que soy más dura. 
¿Mi respuesta a eso? No del todo, muchachos. 
No es necesariamente una máscara. 
Es todo verdad. Lo bueno y lo malo.
Como amigos, ven las dos cosas: 
ven la chica dura y deprimida y la fatalista,
que tiene mil problemas, y también ven a la parte de mí que haría todo por un amigo.
Lo he dicho antes y lo voy a seguir diciendo: 
si bien yo tengo mis problemas propios, por un amigo que necesite un hombro,
los apago o pongo pausa hasta que la crisis ajena pase y estoy siempre, 
aunque implique tomarme un taxi desde Constitución a Nuñez (lo he hecho) por amistad. 
Pero hay una parte que nadie conoce porque si todos me conocieran románticamente, sería un bardo.
La cuestión es que si todos conocieran esta parte, aunque sea de testigos,
nadie me creería que soy una persona con mil problemas y dura, en absoluto.
Tiempo al tiempo al tiempo. En algún momento de la vida va a revivir esa parte de mí
(o va a volver a salir a flote, mejor dicho, porque sigue viva).
Recién estaba hablando de Ameliè (con mi ex, por alguna razón, intentando explicarle por qué cortamos*)
y me acordé de un montón de cosas. 
Les voy a contar una anécdota, sólo por mi propia diversión: 
Amelie es una película que vi a causa de un chico con el que salí hace mucho tiempo
(fue un bastardo, es lo único que necesitan saber)
que amaba esta película y me dijo que Amelie, por su personalidad, le hacia recordar a mí. 
Un comentario re divino y acertado, sin importar que quien me lo dijo fue un pelotudo.
(mejor sexo de mi vida, igual)
Cuestión que es verdad, no soy toda una chica dura que es super fuerte. 
Soy muy débil y frágil en realidad, pero eso sólo se nota en ciertos ámbitos.
En todos mis blogs ha habido un posteo de Amelie porque es parte de mí,
así que tenía que hacerlo acá, porque la idea es que me conozcan tal y cómo soy. 
El otro día estaba pensando que al leer este blog es como si me conocieran resfriada, 
en piyama, sin maquillaje y sin bañarme hace un mes: ven todo lo malo.
Hoy les muestro lo bueno.
¿Quieren conocer a Juli?
Vean Amelie. Amelie realmente es mi mejor herramienta para demostrar qué tan no dura soy
sin meterme en una relación con todos ustedes.

En otras palabras: dejen de usar el adjetivo puta para describirme y empiecen a ver que soy un amor.
*La parte linda y dulce y de perderse en el romanticismo es bastante importante para mí, y con él no pasaba ni yo sentía que pudiese hacerlo pasar. ¿Qué les puedo decir? Soy un amor.
A lo largo de este tiempo descubrí que hay ciertas comidas que me hacen querer fumar más que otras. Por eso, a medida que voy encontrando esos disparadores que por alguna razón yo tengo asociados con cigarrillos, los elimino de mi dieta. Hasta ahora, descubrí que si como carnes rojas, papas fritas o sandwiches, quiero fumar. El café también, más que todo lo demás combinado, pero no lo puedo dejar.
Lo bueno es que mato dos pájaros de un tiro: no fumo, y hago dieta. ¡Vamos los pibes!

[edit:] Tengo miedo de que el sexo eventualmente haga eso. No quiero tener que eliminar el sexo por tan largo tiempo.
Es increíble cómo por más que quiera fumar, quiero aún todavía más no hacerlo por razones diferentes a las que me hicieron empezar a dejar.
Cuando decidí dejar de fumar fue parte de una promesa a mí misma de tres cosas: 1) dejar el alcohol a un lado por un tiempo, 2) nada de hombres: ni chapes, ni sexo, ni nada, y 3) no fumar para poder evitar hiperventilar cuando corro o subo escaleras y además poder sacarme un vicio de encima.
La cuestión es que cuando empecé, fue por mí y por mi futura yo. A medida que los días pasaron, no sólo me estaba teniendo en cuenta a mí misma cuando decidía no fumar, sino que a mis amigos y una voz de un amigo en particular que por alguna razón, sentía iba a desilusionar si volvía a fumar. Después recaí porque fui débil. Y ahora estoy intentando no fumar de nuevo por mí, pero cuando quiero fumar, se aparece la cara de perrito mojado y de "porfis, no lo hagas" de un amigo en mi cabeza y me hace querer cachetearme a mí misma e impide que compre el paquete de cigarrillos.
Mis amigos se metieron a mi cabeza.

Querido cigarrillo:

<iframe width="560" height="315" src="http://www.youtube.com/embed/bsI3sKRTpGI" frameborder="0" allowfullscreen></iframe>

Dia 2

Lista de pensamientos después de haberme despertado.

Quiero un pucho.
Quiero un pucho quiero un pucho.
Quierooooo un pucho.
Pero no vas a fumartelo, Juliana.

Yo no soy ésta del espejo, che. 
¿Qué pasó con mi violeta?

¿Dale que el tiempo pasa más rápido y todo está hermosamente lindo?
Quiero un beso y un abrazo y sexo y tantas cosas lindas.

miércoles, 22 de agosto de 2012

El secreto.

Les mentí. Les dije que cuando me deprimo salgo de la depresión haciendo listas, pero no siempre es así. A veces, cuando estoy bajón, lo que me cura es tirarme en la bañadera llena con espuma, una copa de ron con coca o vino o coca sola, música tranquila y depilarme. Sí, depilarme me tranquiliza. Sobenlá.
Adivinen qué quiero.


Ahora adivinen qué no voy a hacer.


Sí, sí, son la misma cosa.




La música en una sonrisa

Dó-cil como un ángel, y vos no te das cuenta.
Re-cortes de mi pasado,
Mi-l facetas desconocidas:
Fá-cilmente podría darme por vencida.
Sól-o que cuando lo intento, te recuerdo,
la manera de sonreír con los ojos cerrados.
Si tan sólo supieses que lo malo no es lo único que conforma mi pasado.
Dó-cil como yo sola, pero no sé si te importa.

La verdad de la milanesa

Ya ni yo la sé.
En 20 minutos se fue todo al carajo.
Quiero fumar y no voy a fumar.
NO VOY A FUMAR.
¿ME ENTENDISTE, JULI?
No voy a fumar. 

quiero un abrazo

martes, 21 de agosto de 2012

Me caigo tan bien a veces


So, girl, I heard the news in town:
he broke you.
He took you by the heart;
he tore you.
But don't lose hope.
Yeah, you heard me, girl,
just don't lose hope.

Algo.

La verdad que no importa por qué llegué a este punto; lo que importa es que llegué. El trayecto fue hermoso, por más duro que haya sido, y ahora puedo sentarme y mirar para atrás y saber que no me arrepiento de las cosas. Cuando amé, amé con todo. Mis experiencias fueron mías, mis decisiones, por más malas que pueden haber sido, fueron tomadas de la mejor manera que pude, y las lecciones que aprendí no tienen precio. 
Realmente no importa qué me trajo. Lo que importa es que aprendí, de una u otra manera, a saborear la vida, porque no sabés cuando se va a convertir en algo amargo. Aprendí a notar lo dulce de compartir una cama con alguien querido, a apreciar los escalofríos que causan la respiración de alguien en mi cuello, a amar esos pequeños grandes momentos y gestos que hacen a uno desear poder parar el tiempo. 
Con todo -lo bueno y lo malo-, aprendí que si bien hay muchas cosas malas y feas en la vida, hay un sentimiento que cuando se hace presente hace que todo lo demás valga la pena. Sí, señores y señoras, les estoy hablando de ese sentimiento. Les estoy hablando del amor. 
No lo digo por estúpida, aunque creo que yo estoy estúpidamente enamorada del amor. ¿Acaso alguno me va a decir que ese sentimiento no es suficiente como para darme la razón? 
¿Hay algún otro sentimiento que pueda servir como combustible tan efectivo como el amor? Lo lindo es que es un signo que no tiene tan sólo un significante y un significado. Es todo. Es sentir que el tiempo se detiene y que a la vez corre. Es querer pasar cada segundo aprovechando y viviendo, en vez de dejarse pasar por encima por la vida. Y no está sólo en las palabras, sino también en los gestos. Está en los abrazos, en los besos, en el sexo, en el intercambio de miradas cómplices, en los silencios. Está en los gritos, en las lágrimas, en la distancia. Está en todos lados porque la verdad es que cuando el amor está, nos llena. Corre desde la punta de los pies hasta la cabeza. Corre por las venas, fortalece los huesos, le da color a nuestra piel. 

Ayer me preguntaron si realmente creo en la existencia de "el amor de la vida." Para serles honesta, es algo que vengo pensando hace mucho. Creo que hay muchos amores durante una vida, y que todos se quedan con nosotros mucho tiempo después de haberse acabado. Pero sí, ilusamente creo en un amor puro y duradero. Lo que me planteo hoy es si ese amor de mi vida fue quien yo dije, o si es el amor mismo. 

Thoughts from places

A veces pienso en dónde estaría si no fuese por él. Hoy es una de esas noches.
Realmente no puedo recordar lo que sentimos juntos, pero sé que lo amé. Es raro eso: recordar sentirlo, pero no cómo se sentía. Es más raro aún pensar que esa sensación que sentí me trajo a este punto. Realmente creo que si no hubiese sido por él, no sería quien soy ahora. Capaz lo sería en un par de años, pero no ahora. Por él, fui a la facultad que fui y la conocí a ella. Por ella, desarrollé una nueva amistad. Por él empecé a trabajar para poder construir un futuro que nunca fue ni va a ser. Y por ese futuro fallido, conocí a mi mejor amiga, y a mi ex novio, con quien sentí cosas que nunca había creído posibles. Y sin él, no me habría perdido como me perdí y no habría sido encontrada por mi siguiente amor tampoco. Y sin él, no habría reconocido lo perdida que todavía estada. Y sin haberme dado cuenta de qué tan perdida y rota estaba, no habría llegado acá: a este punto en que pienso cuál es mi lugar en la vida sin todos esos ellos que pasaron por mi vida.
Es muy raro todo.
Odio esto y a la vez lo amo.
La vida es una caja de sorpresas. Una tras otra, me trajeron a este punto.
No quiero dormir sola. No puedo dormir sola.
Eso es lo único que puedo pensar.
¿Cómo llegué a este punto?

lunes, 20 de agosto de 2012

La melodía de las palabras


Domame con palabras dulces, dije, ingenua,
repetìmelas suavemente al oido.
Mil noches a tu lado con tu corazón cantando junto al mío
fàcilmente mandadas, descartadas al olvido.
Solo y ya dado por vencido;
lados de tí ojalá nunca hubiese conocido
Simplemente despachada aquí me quedo, sin saber mi próximo destino.
Dormir sin tí se ha convertido en un inmenso sinsentido.

That-which-must-not-be-named.

Ayer hablaba de dejar de fumar con dos amigas y cómo tengo que evitar empezar a comer por la ansiedad. Creo que hasta ahora estuve bastante bien, pero hay ciertos temas que si los hablo mucho, prenden una lamparita en mi mente. Así fue como empezó, de hecho. Un día colapsé y me corté y mis padres vieron mis brazos con sangre y mi papá se me puso a gritar que me estaba destruyendo la vida por pelotuda, que sólo me faltaba ser anorexica y bulimica, y que si me quería matar de verdad, que lo llamara a él y él se encargaba de lograrlo. A partir de ahí, la anorexia y la bulimia fueron parte de mi vida también.
La cuestión es que si a veces hablo mucho del tema, quiero hacerlo, simplemente porque recuerdo todas las cosas lindas. Bah, "cosas lindas." Recuerdo las cosas enfermas de estar enferma que me gustaban por mi mentalidad enferma. Me acuerdo de mi esternón sobresaliendo, y los 10 kilos perdidos en cuestión de semana y media. Me acuerdo de la ropa linda y de mirarme al espejo y sentirme mejor. Y me acuerdo de cómo me gustaba cómo quedaban los cortes finos en mis muñecas, sobresaliendo.
(continua, pero me quede sin tiempo de escribir)
Mi cabeza es un menjunje de cosas no tan lindas.
Mi reino por fumarme un atado de cigarrillos e irme a la cama con alguien.

Pensamiento fatalista.

¿Cómo me recordarías el día de mañana si ya no estuviera acá?
¿Cómo me gustaría que lo hicieras?
¿Lo harías?
¿Me recordarías?

Es extraño pensar que la respuesta a ciertas preguntas sólo aparecerían de yo no estar acá para formularlas o entenderlas.
No te pido que me compres con flores, sino con sonrisas. Una sonrisa es capaz de mejorar un día. 
La tuya tiene la virtud de alegrar la vida. 
No te pido que seas mío, sino que me llames tuya. 
No te pido que me entregues tu tiempo, sino que te pierdas conmigo entre el movimiento de las agujas. 
No te pido convertirme en tu mundo, sino que estés dispuesto a crear uno nuevo y mejorado juntos. 
No te pido te hagas cargo de mi pasado; como dicen muchos, eso es territorio ya pisado.
Sólo pido tardes de siesta mientras vos hacés la tuya, y besos que curan heridas, y abrazos que acallan lo que mis miedos gritan. 
Sólo te pido que veas lo bueno, pero también lo malo, porque es lo que me trajo a este punto en la vida. Te pido que me quieras y me aceptes, porque toda experiencia de mi ayer, fue mía. 

Creo que es noche/madrugada de reflexión. Hoy tengo muchas emociones muy a la superficie, así que no sé si tener miedo o no a lo que podría llegar a decir.
Hoy estaba escuchando una banda (no muy buena a causa de la cantante, debo admitir) y de repente el mundo se nubló, la gente a mi al rededor desapareció y lo único que sentía era a la banda cantar la palabra "soledad."
Me acuerdo de mi última relación gravemente fallida. Hoy estaba hablando de él e intentando explicar por qué cortamos si yo realmente lo amaba todavía. Supongo que nos enganchamos y perdimos en un momento en que lo único que queríamos era volver a ser aquellos que habíamos sido en un comienzo. Perdimos vista de quiénes éramos nosotros mismos, dónde habían ido a parar nuestras vidas, y cómo encajábamos uno en la vida del otro.
No quiero eso. Nunca más. No quiero olvidarme que las personas tienen sus defectos. No quiero pensar que un hombre puede ser perfecto. Quiero amar con imperfecciones. Quiero locura, pasión, romance pero, por sobre todas las cosas, quiero realidad.
Capaz por eso valoro tanto mi enamoramiento del momento. Porque me gusta con lo malo, no sólo lo bueno. Verdad, no es mutuo, pero yo me quedo sabiendo que puedo. Puedo vivir sabiendo que puedo querer no sólo "más allá" de lo malo, sino "porque" lo bueno y lo malo hacen que sea él el resultado.

Una rosa, un amor, y yo.

Podría dejarme consumir entre las cenizas. Rendirme y respirar el humo a mis pulmones: dejarme llevar hasta que su calor me haga trizas. Podría soltarme y dejarme llevar, podría dejarme morir como siento a veces implora lo haga la vida. Podría comprar un pasaje al más allá, donde el mal no murmura a mi oìdo, y comprar tan sólo el boleto de ida. Podría adormecerme, como tantas otras veces, sin sentir la luz del día. O podría meterle garra, sacar la fuerza del bolsillo, trepar y patalear hasta por fin alcanzar poder arañar la superficie y verme de nuevo viva.  Podría hacerlo por tus ojos, por tus palabras, por tus manos frías sobre las mías. Podría hacerlo por su nombre, por su recuerdo, por cómo sigue palpitando dentro mío, entera, fusionando sus ideas con las mías. Podría hacerlo por tus labios sobre los míos, por tu corazón marcando el ritmo, tus penas y tus olvidos, que yo tomaría cómo propios si significara que a vos no te pesarían. Podría hacerlo por cómo siento que, aún el día de hoy, me guía, desde arriba, por cómo está acá hoy en mí y en mi amiga, por cómo está ahí, acá, allá, donde sea, en toda movida. Podría hacerlo por vos, por ella, por ellos, por ustedes, por todos. Podría hacerlo por tantas personas, vivas y muertas, pero sin embargo, hoy, lo hago por mí. Hoy podría, puedo y podré mantenerme viva. No porque alguien más lo mande, no porque alguien más lo pida. Hoy estoy acá porque puta madre vale la pena estarlo, aunque haya malos días.

domingo, 19 de agosto de 2012

Distraccion IV.

¿Qué es una mentira?
¿Es aquello que me digo para poder ganarle al día una mentira?
¿Fue esa respuesta una de ellas?
¿Lo es la manera en que te veo, intentando exclamar cualquier cosa menos la verdad con la mirada?
Capaz todo es una mentira, y simplemente no puedo recordar lo que es la verdad. Capaz son todos juegos de tu mente y de la mía.

La vida...

En otras noticias, llevo un poco más de un mes soltera. Un mes sin irme a la mierda y volver a mis viejos pagos y viejas rutinas. Un mes sin besos, un mes durmiendo sola... Y casi tres sin sexo.
¿Ahora entienden por qué estoy loca?

Update.

Bueno, hace días no subo porque he estado teniendo una vida. Pero este es el resumen: el otro día fumé; recaí y fumé y ahora está todo mal porque quiero fumar de nuevo. Ayer, quise volver a fumar pero una amiga me quitó los cigarrillos, así que no fumé.
Eso resume mi viaje con el cigarrillo creo.

viernes, 17 de agosto de 2012

Distracciones III

Hace frío. La frazada me sirve de refugio y, mientras me acaricia la piel desprotegida, no puedo evitar pensar cuánto me gustaría que estés acá.
Quiero sentir tus labios gritar en silencio, presionados contra los míos. Quiero respirar tu aliento.
Cierro los ojos y te imagino. Nunca tuve un deseo más lindo.
Acercate. Refugiate conmigo.
Dejame quemarte. Consumite conmigo.
Rendite a la situación. Dejame ser tu abrigo.

Honesty hour.

Si hay algo que odio es estar enferma. Si hay algo que odio más es sentir que estoy acumulando más enfermedades.
La anorexia, la bulimia y la depresión ya de por si son cosas que se van a quedar conmigo de por vida, forzándome a pelearlas todo los días. ¿No era eso suficiente? Ahora me pregunto si fumar va a tener el mismo efecto. ¿Va a ser cuestión de abstenerme por un mes y después voy a dejar de sentir el impulso? ¿O voy a tener que tener cuidado cada vez que vea a alguien fumando o me tope con un paquete de cigarrillos?

Dia 4

Me desperté con muchas ganas de fumar. Esto no me está gustando...

Recién viajaba en el colectivo pensando cosas re profundas, pero la verdad es que me las olvidé ni bien me metí a mi departamento. La cuestión es que hoy no fumé. Así que estoy contenta.
Se puede, se puede. Si yo pude pasar de fumar dos atados y medio por día a 72 horas y más sin fumar, se puede todo.

jueves, 16 de agosto de 2012

Quiero fumar.
Quiero fumar.
Quiero fumar.
Quiero fumar.
Quiero fumar.
Quiero fumar.
Quiero fumar.

Distracciones.

Acabo de soñar con vos. Ésta es la tercera noche en que pasa. No me está gustando esta confusión.

Dia 3

Recién mi mamá me pidió que pusiera la mesa y su paquete de cigarrillos estaba ahí, y cuando lo agarré no me di cuenta, pero de repente miré para abajo y me estaba aferrando mucho al paquete y vi que unos cigarrillos se salieron y mi cabeza empezó a gritarme que fume.
Esto no deja de ser complicado después de las primeras 48 hs. Sepan que si alguien les dice eso, les miente.

Distracciones.

¿Está de más decir que quiero enseñarte a decir las cosas de esa manera? Hace años me enseñaron a mí, es tan sólo justo que yo mantenga vivo al sistema. Me decís que querés una maestra; yo te digo que estoy dispuesta. Pero, ¿qué tal si te hago otra propuesta? Aprendamos juntos. Baila conmigo, hagamos juntos que la vida valga la pena.

Warning: hay tanta gente que puede malentender este posteo y atribuírselo, pero quiero que sepan que lo más probable es que estén equivocados. 

miércoles, 15 de agosto de 2012

Recaí. Ahí se van siete meses al tacho. Mierda.

Ataques de pánico.

Odio sentir que no puedo respirar, pero saber a nivel consciente que lo estoy haciendo. Odio sentir que mi corazón se contrae y relaja el doble de las veces que debería de por segundo. Odio no saber si lo causa el miedo, la resignación, la soledad o qué tipo de dolor. Odio que duela. Odio todo lo que yo implico en este momento.
Odio terminar en estas situaciones tan fácilmente. Estas circunstancias me hacen sentir débil y frágil y yo sé que no soy ninguna de esas dos cosas. Terminar encerrada en el baño, llorando, necesitando estar sola pero rogando con la voz que no me sale usar para gritar compañía... Todo esto es demasiado. Odio a J.B. pero no le desearía esto ni a él.
Siempre odie no poder ni saber pedir ayuda.
Maldigo a la yo de quince años que decidió que no comer, y/o vomitar la poca comida ingerida y cortarse las muñecas era fantástica idea. La odio. Espero que en la próxima vida en la que esa pendeja de quince años no evolucione a ser quién yo soy, se muera.

Juli fatalista.

En momentos así considero la opción del cutter. Ya no sé hasta qué punto esto es una mezcla de estrés y angustia o no, pero es lo que es y yo estoy en las últimas.
Hoy estaba absorta en mi propia mente y mis pensamientos y de repente un pensamiento para el que no estaba lista se me coló a la mente.
Hace poco hablaba con un amigo sobre el pensar que uno no tiene nada que ofrecer. Hoy, pensando, me di cuenta de que yo tengo una manera de pensar que me hace muchísimo peor que si pensara eso. ¿Qué pasa cuando sabés que tenés mucho que ofrecer, pero sabés que nadie lo quiere?
Desde que corté mi última relación es algo que vengo pensando mucho. Mi personalidad fatalista no me hace creer que soy puro defecto, pero me hace ver que esos defectos ganan. Y viendo esto, no puedo evitar pensar que esta soledad va a seguir porque ¿quién querría vivir a una persona con estas enfermedades? Y cuando te contestas esa misma pregunta con un "nadie", está complicado contestarse a cualquier otra cuestión "seguí adelante."

FAQ:

¿Por qué empecé a fumar?
Ya mencioné que yo me cortaba y les dije lo de la anorexia. Está todo conectado. Esas son enfermedades con las que lucho intermitentemente desde que tengo quince años. Este verano en particular fue la peor recaída de todas. Me echaron de mi viejo trabajo por un cierre de proyecto, corté una relación con alguien que amaba mucho, empecé un laburo nuevo, dejé la facultad y justo me había mudado a un depto nuevo. Fue caos, básicamente y mi mente se llenó de estrés. Con el estrés, empecé a cortarme de nuevo y a salir mucho para no sentirme sola. Cuestión es que para no sentirme sola, necesitaba companía, por lo cual empecé a tener problemas con mi apariencia y mi anorexia volvió a mis pagos. Para mantenerla, mi cerebro decidió que era re buena idea empezar a fumar. Hubo otros factores pequeños, pero éste fue el decisivo. Cada vez que quería comer, fumaba. Eventualmente, en vez de controlar yo en qué momentos me fumaba un pucho, el cigarrillo me empezó a controlar a mí.

¿Por qué de repente la idea de dejar de fumar?
Porque el otro día tuve una especie de recaída. Después de este verano infernal, logré despabilarme un toque y mejorar. Llevo casi siete meses sin cortarme y comiendo relativamente bien. Mis problemas de autoestima siguen todos adentro mío, pero no dejo que me controlen y me lleven para lados tan negativos. El otro día (domingo) casi pierdo y me dejo llevar. Al encontrarme a mí misma a punto de perder el trabajo que vengo haciendo desde hace casi siete meses, me puse a hacer lo que hago mejor: listas. En esas listas, listé lo que más quería cambiar y llegué a una lista más pequeña de tres cosas. Dejar de fumar era una de ellas.

¿Está siendo muy difícil?
Y, como que se nota que si. Podría ser muchísimo peor, eso lo admito, pero no es nada fácil. Por ejemplo hoy que me agarró la depresión, se complicó bastante manejar el deseo de fumar. En momentos así la fuerza de voluntad es clave. Gracias a dios, fuerza de voluntad tengo bastante. 

¿Creés que podés? 
Sé que puedo. He salido de peores. Dejar el cigarrillo es un poroto al lado de los otros vicios.

Esto sale a partir de que ayer más de una persona me hizo esas preguntas. Entre mis amigos, conocidos y (chan) mi ex, tenían la duda de estás cuestiones. En fin. Estas son las explicaciones, por si a alguien le importa.
Funcionó... Casi. Me dormí y soñé con que iba a la Nasa y me enseñaban un montón de cosas lindas y felices. No duró mucho mi sueño porque de repente sonó mi teléfono y era mi mamá puteándome. La vida no me está queriendo mucho en el día de hoy. Sinceramente espero eso cambie en las próximas horas.
Vida, yo te quiero a vos. No seas como los hombres.
Tengo un montón de cosas que hacer hoy antes de eso de las dos de la tarde porque la facultad me pide mucho para el viernes, pero no puedo. Honestamente, hoy no puedo.
Vengo dos días extra alegre, juntando cada pizca de alegría en mí que quedaba como para valerme en eso para seguir, pero hoy no puedo. Quiero fumar y estoy estresada y quiero llorar y que alguien me abrace, y el último posteo lo único que hizo fue ayudarme a deprimirme un toque más, así que me voy a dar media vuelta y voy a dormir un rato y supongo que compraré las cosas que pueda cuando me levante, y cargaré todo el día con todos mis libros hasta la noche y a la noche estudiaré.
Con suerte me despierto con mejor humor. Vengo soñando cosas asquerosamente insoportables. Espero que eso pare por un rato.

Día 2

Es muy temprano a la mañana como para empezar a tener problemas así. ¿Puedo renunciar a la vida hasta eso de la una de la tarde?
Me acabo de despertar y no fumé. Me levanté, prendí la netbook, abrí mis páginas usuales y ¿qué pasa? Hay una foto gigante en una de esas de un chico (lindo, bastante) fumando todo tranquilo y ahora quiero bajar y comprar cigarrillos y fumar y estar tranquila.
Fear not, my friends. No voy a renunciar, porque si renuncio mi ira de ayer y la que probablemente tenga hoy van a ser un gran sinsentido. Voy a continuar esto (FOR SCIENCE!) y ganar, pero quiero que sepan que "esto" apesta.
Descubrí que si bien normalmente sería re mala idea empezar a dejar de fumar de una en momentos de cambio de la vida, me está resultando bastante bien. Entiendan: acabo de empezar el CBC para entrar a la carrera de Física, me acaban (relativamente) de romper el corazón, estoy empezando a dejarme sentir cosas nuevas y lindas por alguien (por más que no va a llevar a nada porque, bueno, soy yo), estoy en busca de trabajo nuevo y haciéndole juicio a mi viejo trabajo. Todo esto, raramente, me ayuda en vez de empujarme gentilmente hacia el cigarrillo porque en vez de estar TODO el día constantemente pensando en fumar, es algo que sólo ocupa mi mente de a momentos (bastante fugaces, debo admitir, gracias a la ayuda y al apoyo de unos amigos que son súper geniales). Normalmente, mi cabeza está llena de cosas sobre ese corazón roto, o pensando cómo puta voy a hacer para llegar al fin de semana habiendo hecho todo lo que tengo asignado de Química, o cómo ese chico me está quemando el bocho, etc.
No lo recomendaría igual porque yo soy una persona rara y a partir de lo que he leído puedo inferir que esto no es como usualmente se suceden las cosas. Usualmente, en épocas de estrés, la taza de fracaso tiende a ser mayor. Así que a menos que seas raro como yo y vayas contra la corriente en casi todo como yo, intenta calmar la vida un toque antes de tirar tu último paquete de puchos.

Muchachos, ha sido un gusto.
Sigo queriendo un pucho, pero ahora un toquecín menos.

Fichas que caen

QUIERO UN CIGARRILLO, LA PUTA MADRE QUE ME RE MIL PARIO.

Y sexo.
Y la combinación.

Hoy me di cuenta de cómo voy a extrañar el pucho después del orgasmo. Un bajón.

martes, 14 de agosto de 2012

Recién mi mamá sopló el humo en mi dirección. No sé si se imaginará lo mucho que me hizo temblar. Debo admitir que ni bien vi que en su mano tenía un cigarrillo, mi mente se dividió en dos. Parte de mí quería que soplara en mi cara para respirar el humo y saborearlo, pero parte de mí entró a literalmente temblar de miedo.
Realmente les digo, muchachos: no empiecen a fumar. Háganse un favor y dejen antes de empezar.
Quiero fumarme tres cigarrillos. Así de específica soy; no quiero uno, dos, ni cuatro: quiero tres. No al hilo, sino que distribuidos a lo largo de las próximas dos horas y media.
Estoy sola en lo de mis padres y ésta sería la ocasión perfecta que normalmente aprovecharía para fumar sin la mirada juzgadora de mi hermana o mi madre, pero hoy no puedo hacer nada para festejar mi soledad. Sólo puedo sentarme acá, comer queso y tomar 7-up y pensar en los tres cigarrillos que quiero fumarme.

Esto está complicado, che.

Derrotas.

Hace un rato viajaba en el colectivo mirando por la ventana, pensando cómo tenía suerte porque todavía no me había agarrado la abstinencia dura que causa ira. Minutos después me encontré a mí misma gritando que odio a la vida y "Hay minas que necesitan que alguien les clave una pija del tamaño de mi paraguas para que sean felices."
No canten victoria tan pronto, muchachos.
Ciertamente maldigo el día en que empecé. Ahora estoy sentada en un café, con un latte en mano, la netbook en frente mío, la lluvia cayendo afuera y golpeando los techos de los autos, y yo siento el vacío entre mis dedos que sostendrían al cigarrillo. Suena la música de mi biblioteca en la pc, y saboreo el café y extraño saborear el tabaco.
Muchachos, no empiecen a fumar nunca.

Un minuto a la vez.

Lo peor de todo es cómo canalizar las ansias. El tema es que, usualmente, la angustia oral es canalizada con comida. Yo no me puedo dar el gusto de dejarme estar porque si llegase a pasar eso, estoy al horno.
Recién nos estamos conociendo, así que voy a decirlo directamente, porque no hay manera delicada de decirlo. Desde los quince tuve problemas con la anorexia y la bulimia, y llevo sólo cinco o seis meses sin una recaída en este tema. Lo que más me asusta de dejar de fumar es que se me vayan de las manos las ansias y empiece a comer de más, y que eso desencadene la depresión y baja autoestima a la cual estoy habituada, y eso de lugar a la anorexia y/o bulimia para arreglar las cosas, y eso a su vez de lugar a los cortes.
Es un bardo todo esto, pero bueno. Mi manera de sobrevivirla hasta ahora es preguntarme si realmente necesito un cigarrillo en este preciso minuto; si la respuesta es "no", dejo pasar el minuto y me lo vuelvo a preguntar en el siguiente. Es la misma metodología que usé para el cortarme, la anorexia y la bulimia atrás. Hasta ahora viene funcionando. Espero no tener que utilizar este método con las cuatro cuestiones a la vez porque creo que sería demasiado.

Otra sería el sexo oral. Maldita soltería. Jajajaja.

Lo peor son ciertos momentos clave en los cuales un cigarrillo sería la perfecta compañía: al levantarse, al haber terminado una comida, etc. Hay momentos que de repente están vacíos porque los venía llenando con humo y cigarrillos y ahí es cuando más cuesta.
La primera noche sin fumar fue un éxito. Costó más que nada hoy cuando me desperté y la lluvia había arrasado con la conexión de internet y yo no podía volver a dormirme. Pasé dos horas peleándome conmigo misma para no fumar, pero eventualmente logré dormirme. La peor, y lo que hace que la victoria tenga un sabor más dulce, es que la noche fue una noche de mierda. Soñé cosas feas a montones y usualmente eso me habría hecho querer fumarme al menos dos cigarrillos entre sueños. Por hoy, puedo decir que gané yo.

lunes, 13 de agosto de 2012

Comienzos.

Ya están empezando las ansias. Llevo menos de seis horas sin fumar y ya estoy planteándome fumarme un lápiz. Ésta va a ser complicada.