lunes, 27 de agosto de 2012

Con un corazón de cristal en la valija.

Ayer lo borré. Ese mensaje de hace ocho meses y medio se fue. Parte de mí se fue con él. La otra parte había muerto cuando cerré la puerta con un beso y un "no vuelvas nunca más."

Lo peor de todo no es cuando uno le tira agua al fuego, sino cuando alguien más le tira arena, dejando tan sólo cenizas. Mata el humo, mata el calor… Mata hasta la más pequeña llama que quedaba, y no tenemos control.
Ayer yo me llené de arena.
Ahora toca sacudirse e intentar que lo que queda no nuble la vista.

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