lunes, 27 de agosto de 2012

July 24th, 2012

Las acciones duelen, pero los pensamientos matan. Las ideas empiezan de a poco, en una región que nosotros creíamos aislada. Antes de que podamos parar a pensar en lo que pasa, vemos que esas ideas rápidamente contagian. Pudren recuerdos lindos, ideas sanas. Las afectan hasta que ya no queda nada. No hay rincón a salvo de esa pandemia, que no se detiene por nada. Arrasa con nuestros ejércitos que, en contra de todo pronóstico, no paran de pelearla. No importan las batallas ganadas: la guerra contra esa plaga no se gana. No existen blindajes ni armas con suficiente poder de ataque. No existe manera de evitar lo inevitable. Tu mente se pudre, y lo único que queda por hacer es reclinarse y ver cómo el espectáculo de nuestras vidas termina en desastre.

No hay comentarios:

Publicar un comentario